domingo, 20 de febrero de 2011

Primeras palabras del Vagabundo

“¿Y esto qué podría ser?”
Me preguntaba mientras pensaba para qué escribir y porqué publicarlo en la realidad virtual. Entonces la respuesta fue una ventolada de palabras que se subían una arriba de la otra: arte y periodismo se mezclaban, realidad y fantasía jugaban entre ellas, gritos y suspiros se acariciaban, bronca, ternura, crítica, poesía, análisis, construcción, creación, juego, visión, vuelo se amontonaban como hojas caídas de un árbol; compromiso, sueños, huellas, sentidos, ideas, sonrisas, llantos, ventana, botella, sabanas, se empujaban libre/mente, todas soplando con fuerza y frenesí para salir a la luz. Expansión (¿en qué dirección?), comunicación (¿entre quiénes?). Comunicarnos, eso es lo que hacemos casi constantemente para llegar aunque sea un poquito más lejos, más allá, para acercarnos, estar más cerca, del horizonte, de nosotros mismos, de los caminos a caminar. Te invito a caminar, a que expandamos la mirada, mirándonos en los ojos del otro, de la otra, de a muchos o de a pocas, de los que estén, de las que seamos. Dale, vamos, salgamos a conversar, nos hablemos, nos movamos, nos movilicemos en libertad, nos liberemos, alertas, despiertos, curiosos, con ganas de buscar y de encontrar, algo, un nosequé que nos motive a cantar y bailar. Vamos, dale, compartamos este viaje, crezcamos juntos, demosrecibamos, solo hay que animarse, soltarse a volar sin tapujos ni prejuicios, a volar por algo, aunque sea por el mero hecho de abrir las alas, para aprender a volar cada vez mejor -y no significa mas alto, sino más profundo- descubriendo nuevas piruetas en el aire, desmantelándolo del smog, de la mentira y el odio, del desamor que nos impide creer que llegaremos del otro lado de la montaña, donde nos espera otro paisaje, otra aventura por descubrir


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