lunes, 21 de marzo de 2011

Agüita de Amaicha

Amaicha del Valle es un pueblo del interior de la provincia de  Tucumán que forma parte del circuito de los valles Calchaquíes. El nombre del lugar es originario de la ya casi desaparecida lengua Kakan y proviene de un antiguo modismo: “amaicharse”, cuyo significado es juntarse o encontrarse. Allí, donde las almas se juntan o se encuentran, el clima es muy caluroso y no llueve prácticamente nunca, “360 días de sol” dice un cartel ubicado en la plaza principal.
Sus ancestrales habitantes tienen diferentes figuras totémicas a las cuales adoran. Pero hay una que es especial para ellos por su fundamental característica. Ésta, es propia de la herencia de su cultura Diaguita-Calchaquí, la llaman el Suplicante, pues representa a una persona que mira hacia arriba, suplicándoles a los Dioses por agua.  Por eso cuando el cielo riega al pueblo, su gente, con una grandísima alegría, sale de sus casas a darle las gracias al Suplicante y a Pachamama.
Yo los vi hacerlo una noche de enero, noté la felicidad de sus rostros por como le brillaban los ojitos, abriendo los brazos, bailando a saltitos, contemplando a la nube gris. La lluvia no duro más de 30 minutos. Sin embargo a ellos les fue mas que suficiente para sentir la bendición de los señores del cielo y de la tierra, para unirse en poco tiempo, agradecidos, dejando de lado todas las diferencias y estructuras, reivindicando con el cuerpo y las entrañas el amor a la naturaleza, a la cual pertenecemos, de la que somos una parte.
En tal grata ocasión estábamos, envueltas en la mágica historia, todas las personas que sentíamos las calurosas gotas de noroeste deslizarse por nuestra cara y nuestro pecho, sin ningún prejuicio, en total armonía universal.


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